
Su discurso estuvo dedicado principalmente a recordar lo que él calificó como "el holocausto olvidado", en alusión al cerca de medio millón de Sinti y Roma, las grandes familias de gitanos centroeuropeos, víctimas de la maquinaria nazi.
El holocausto de los gitanos sólo ha empezado a ser desde hace poco objeto de investigación histórica, recordó Weisz, quien sobrevivió a la persecución nazi debido a una serie de casualidades; permaneciendo escondido el último año de la ocupación y al final de la guerra recién se enteró que sus padres y hermanos habían muerto en el campo de concentración.
Pese a que Weisz asegura que su familia, fue una familia normal y feliz hasta 1944, también subrayó que la persecución de los gitanos había empezado mucho antes de la llegada al poder de los nazis y que en muchos países europeos no ha terminado aún.(resumen agencias)
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