
Sin embargo, ambas partes han reconocido que estas negociaciones no son del
todo fáciles, aunque Grecia se ha comprometido a acatar las decisiones de la
cumbre europea, pues el tiempo apremia.
Según trascendió a los medios de comunicación, los acreedores esperan más
reformas, en concordancia con el acuerdo
alcanzado el 13 de julio del presente año, por los Jefes de Estado y de
Gobierno de la Comunidad Europea.
Lo que ha quedado claro, es que no forman parte de las negociaciones entre
Atenas y sus acreedores, la Comisión
Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo
(BCE), cualquier consideración sobre la deuda griega, la misma que dependería
de la implementación total de las reformas.
De otro lado, la portavoz comunitaria Mina Andreeva, tuvo que salir a
desmentir las acusaciones vertidas por
el ex ministro de Finanzas griego y actual diputado, Yanis Varoufakis, quien
aseguraba que la secretaría general de ingresos de su país, habín quedado bajo el control directo y completo de la troika.
Una dura tarea le resta al gobierno de Alexis Tsipras, que
afronta una difícil situación con 30
parlamentarios de su partido Syriza en contra de los términos del tercer
rescate, sin mayoría en el parlamento y con un corto tiempo para definir reformas,
fijar el calendario de pagos, lograr acuerdo sobre objetivos fiscales y obtener
la aprobación de la troika y de varios parlamentos, entre ellos el
suyo.(resumen agencias).
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