Santo Padre recordó también que los diferentes
lenguajes del cine, la ficción, la cultura,
el entretenimiento y el deporte promueven "una
perspectiva del bien", y afirmó que le gustaría que el servicio
prestado fuera "una respuesta a las necesidades de los ciudadanos,
en un espíritu de apertura universal".
“Setenta años de televisión, cien de radio: un
doble cumpleaños, que por un lado invita a mirar hacia atrás en su historia,
tan entrelazada con la italiana; y, por otro, los desafía a mirar hacia
delante, hacia el futuro, al papel que tendrán en un tiempo aún por
construir, donde cada vida está cada vez más conectada con
otras, a nivel global”, dijo Francisco a la
RAI.
“Sin embargo, en todos estos años, la RAI no sólo fue
testigo de los procesos de cambio de nuestra sociedad: en
parte, también los construyó, y como protagonista -subrayó
el Papa-. De hecho, los medios influyen en nuestras
identidades, para bien o para mal. Y aquí
está el significado del servicio público que realizan. Por
eso, quisiera reflexionar con ustedes sobre estas dos palabras -servicio y público-,
porque describen muy bien el fundamento de la misión de
ustedes: la comunicación como don a la comunidad".
Servicio a la verdad
El obispo
de Roma explicó que el trabajo de la RAI como servicio “pretende,
sobre todo, ser una respuesta a las necesidades de
los ciudadanos, en un espíritu de apertura
universal”, que “se articula en todo el territorio, sin
llegar a ser demasiado local, y respeta la dignidad de
cada ser humano y la promueve”; y es, por
tanto, “una contribución a la verdad y
al bien común que tiene un impacto concreto en
la información, el entretenimiento, la cultura y
la tecnología”. Y luego dijo: “En el ámbito de
la información, servir significa
esencialmente buscar y promover la verdad, toda la verdad, contrarrestando,
por ejemplo, la difusión de noticias falsas y
los planes tortuosos de quienes buscan influir ideológicamente en la opinión
pública, mintiendo y destruyendo el tejido social. La verdad es una, es armoniosa, no
puede dividirse por el interés propio. Significa evitar
cualquier reducción engañosa y recordar que la verdad es "sinfónica",
y que se comprende mejor aprendiendo a escuchar la diversidad de voces -como
en un coro-, en lugar de limitarse a anunciar siempre la propia
opinión".
“Para cultivar el diálogo, hay que escuchar.
Muchas veces vemos que escuchar significa prepararse para dar
una respuesta: no es una verdadera escucha si
pienso en mi posición sin escuchar la de la
otra persona”.
Los diferentes lenguajes de comunicación
El Papa recordó
que el servicio público concierne también a los diversos
lenguajes de comunicación, como el cine, las películas, las series de televisión,
los programas culturales y de entretenimiento,
los deportes y los programas infantiles, y pidió
que se propongan valores positivos en esos ámbitos:
“En nuestra época, rica en tecnología, pero
a veces pobre en humanidad, es importante
promover la búsqueda de lo bello, poner en marcha una dinámica de solidaridad,
proteger la libertad, luchar para que cada expresión
artística ayude a cada persona a crecer, reflexionar,
conmoverse, sonreír e incluso llorar de emoción, encontrar un sentido
a la vida, una perspectiva del bien, un sentido que no
consista en ceder ante lo peor”.
Respecto
a “la tecnología”, Francisco afirmó, como lo hizo
en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones
Sociales de este año, que es necesario “proponer modelos de regulación
ética para frenar los efectos nocivos, discriminatorios y socialmente
injustos de los sistemas de inteligencia artificial, y para
oponerse a su uso para reducir el pluralismo, oponerse a la polarización de
la opinión pública o a la construcción de una forma única
de pensar”.
Un servicio para el bien común
Refiriéndose
a que la labor de la RAI es un servicio público,
el Papa subrayó que se trata de una obra "vinculada
al bien común de todos", que por tanto "exige
un compromiso con los últimos, los más pobres,
para tener en cuenta y dar voz a los que no tienen
voz, a los marginados" e "incluye
también la vocación de ser instrumento de crecimiento del conocimiento", para
luego "abrir nuevas perspectivas sobre la realidad y
no alimentar burbujas de indiferencia autosuficiente, sino ayudar a soñar con
los ojos y la mente abiertos”, porque, animó Francisco, “nunca
hay que perder la capacidad de soñar, sino soñar en grande”. Por lo tanto,
el sistema mediático debe ser “provocado y animado a
ir más allá de sí mismo” y, para que el nivel de
comunicación sea alto, debe “cuestionarse, para mirar más
allá”.
Francisco dijo también: “No se puede luchar por las
calificaciones a expensas del contenido: se trata más bien de
crear una amplia demanda de calidad a través de su oferta.
En definitiva, la comunicación, precisamente porque es
un diálogo en beneficio de todos, también
puede desempeñar un papel fundamental en nuestro tiempo, a la
hora de revitalizar valores socialmente importantes como
la ciudadanía y la participación”.
La radio no
debe ser una “cátedra de todo tipo”, concluyó el Papa, sino “un
grupo de amigos que llaman a la puerta para sorprender”,
porque “la verdadera comunicación es siempre una
sorpresa”, debe sorprender. La radio y la televisión italianas
deben, por tanto, “ofrecer compañía”, “compartir alegrías y
tristezas”, “promover la unidad y la reconciliación en
la familia y en la sociedad, la escucha y
el diálogo”, “informar” y “escuchar, con respeto y humildad”. Este
es el camino a seguir para la emisora italiana propuesto por el Papa
Francisco.(Fuente: Agencia AICA,23.03.2024).
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