El vertido de petróleo, en el noroeste de Ecuador, ha contaminado varios ríos, dejando a unas 300.000 personas sin acceso a agua potable y saneamiento.
Están aumentando las enfermedades respiratorias y los trastornos gastrointestinales, lo que supone un mayor riesgo para los niños, los ancianos y las personas con enfermedades preexistentes.
El equipo de la ONU reúne a expertos en coordinación humanitaria, evaluación rápida de necesidades y gestión de la información. También se desplegará un grupo de especialistas en respuesta a vertidos de petróleo, gestión de residuos peligrosos y restauración de ecosistemas.
Las autoridades locales están respondiendo, entre otras cosas suministrando agua potable, pero la magnitud del vertido motivó la petición de ayuda internacional por parte del Gobierno.(Fuente: Noticias ONU, Foto: Unsplash/Andrés Medina).
No hay comentarios:
Publicar un comentario