
Fue durante la oración del Ángelus en la que el pontífice recordó la muerte originada por una estufa de leña que los pequeños Sebastián, Patrizia, Fernando y Raúl, encendieron para calentarse en la noche entre los días 6 y 7 de febrero, en ausencia de sus padres.
Acompañados por miembros de la Comunidad de San Egidio, centenares de gitanos y, entre ellos, los padres y familiares de los pequeños fallecidos en el incendio, se encontraban en la Plaza de San Pedro reunidos para escuchar las palabras del Papa detrás de una pancarta en la que se podía leer "Los gitanos saludan al Papa".
"El Papa es obispo de Roma, exhorta con fuerza a esta ciudad a ser patria común para romanos, gitanos, inmigrantes. Una ciudad en la que se derrote toda forma de racismo y sea posible vivir juntos en una sociedad fundada sobre los valores del amor y de la solidaridad. Garantizar la escuela y la educación de los niños y jóvenes gitanos y una casa digna para sus familias es un imperativo para todos ante una tragedia así", comentó el presidente de la Comunidad de San Egidio, Marco Impagliazzo. (Resumen agencia AICA)
No hay comentarios:
Publicar un comentario