“El objetivo final de eliminar totalmente las armas
nucleares es un desafío y un imperativo moral y humanitario”. Es lo
que escribió el Papa Francisco en un Mensaje a la “Conferencia de la ONU para negociar un
instrumento jurídicamente vinculante sobre la prohibición de las armas
nucleares, que conduzca a su total eliminación”, que se desarrolló en Nueva York hasta el 31 de marzo.
“Una ética y un derecho
basados en la amenaza de la destrucción recíproca –y potencialmente de toda la
humanidad– son contradictorios con el espíritu mismo de las Naciones Unidas”, por lo
que “debemos comprometernos en un mundo sin armas nucleares, aplicando
plenamente el Tratado de no
proliferación, en el papel y en
el espíritu”, afirmó el Papa.
Francisco también escribió
que si “se toman en consideración las
principales amenazas a la paz y a la seguridad con sus múltiples dimensiones en
este mundo multipolar del siglo XXI,
como por ejemplo el terrorismo, los conflictos asimétricos, la seguridad
informática, las problemáticas ambientales y la pobreza, no pocas dudas emergen
sobre lo inadecuado de las armas nucleares para responder eficazmente a tales
desafíos”.
El Papa también mencionó su preocupación por las “catastróficas consecuencias
humanitarias y ambientales que derivan de cualquiera
de las armas nucleares con
devastadores efectos indiscriminados e incontrolables en el tiempo y en el espacio”.
Por otro lado, pidió preguntarse “cómo de sostenible es un equilibrio
basado en el miedo, cuando se
tiende a aumentar el miedo y a minar
las relaciones de confianza entre los pueblos”.
“La paz
debe ser construida en la justicia,
sobre el desarrollo humano integral,
sobre el respeto de los derechos fundamentales, sobre la custodia de la creación, sobre la participación
de todos en la vida pública, sobre la fidelidad entre los pueblos”. (Fuente: ACIprensa).
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