martes, 27 de noviembre de 2018

Países deben triplicar con urgencia sus compromisos para reducir el calentamiento global a 2 °C


El estudio, publicado este martes por el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), sonó la alarma sobre el incremento de los gases de efecto invernadero y urgió a disminuirlos antes de 2030 para garantizar el objetivo de un aumento máximo de 2 °C en la temperatura de la Tierra.

El cumplimiento del Acuerdo de París, en el que se establece ese fin, requerirá que los Estados tripliquen las medidas que están implementando y, si la comunidad internacional quisiera ir más allá y limitar el calentamiento a 1,5 °C, esas provisiones deberán ser cinco veces mayores. Según el PNUMA, aunque las posibilidades van decreciendo, esa meta aún es posible de lograr.

El informe fue divulgado en vísperas del inicio de la 24ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP 24) y en él se indica que, si continúan las tendencias actuales, el calentamiento global será de 3 °C al finalizar este siglo y a partir de entonces será aún más drástico.

Alarmas de incendio

Por el momento, sólo 57 países están en la vía correcta para empezar a bajar sus emisiones antes de 2030, una cifra muy reducida tomando en cuenta que para ese año las emisiones globales deberán ser un 25% menores que en 2017.

La directora ejecutiva del PNUMA, Joyce Msuya, consideró que la evaluación anual de la llamada “brecha de emisiones” activó las alarmas de incendio a nivel mundial.

“La ciencia es clara: los gobiernos deben avanzar más rápido y con mayor urgencia. La buena noticia es que tenemos a nuestro alcance todos los medios para extinguir el incendio”, comentó.

Ante la emergencia, los autores del informe elaboraron una hoja de ruta para implementar medidas transformadoras en la política fiscal, el campo de la innovación y la acción climática del sector privado y subnacional.

Políticas fiscales para reducir las emisiones

El jefe de Científicos del PNUMA, Jian Liu, explicó que cuando los gobiernos adoptan impuestos a los combustibles fósiles y medidas de política fiscal para subsidiar las alternativas de bajas emisiones, pueden estimular las inversiones correctas en el sector energético y reducir significativamente las emisiones de carbono.

“Afortunadamente, el potencial de usar la política fiscal como un incentivo es cada vez más reconocido. Ya están implementadas o programadas 51 iniciativas de fijación de precios del carbono que cubren aproximadamente 15% de las emisiones globales”, apuntó.

Liu agregó que, si se eliminaran todos los subsidios a los combustibles fósiles, las emisiones globales de carbono podrían reducirse hasta un 10% para 2030.

Además, si el precio del carbono se fijara en 70 dólares por tonelada de CO2, en algunos países las emisiones bajarían hasta 40%, dijo.(Fuente: Noticias ONU).

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