"Nuestro mundo se enfrenta a dos graves crisis: la deshumanización y el cambio climático", señaló el Sumo Pontífice, quien indicó además, en el documento recientemente firmado, que la religión "es a menudo instrumentalizada", causando sufrimiento a muchas personas en un mundo atravesado por la violencia.
Francisco y el Gran Imán reiteraron que el papel de las religiones debe "incluir la promoción y protección de la dignidad de toda vida humana", al tiempo que condenaron el abuso contra la Creación, "nuestra Casa Común, con consecuencias destructivas, como las catástrofes naturales y el calentamiento global, que hacen de la crisis medioambiental un obstáculo para la convivencia armoniosa de los pueblos", enfatizaron.
Por otra parte, la declaración contempla qué respuestas pueden dar las religiones, mediante un compromiso comunitario, a las graves crisis que enfrenta la humanidad. En ese sentido, señalaron que el "principio filosófico indonesio de la Pancasila" puede ofrecer una contribución.
El Diálogo interreligiosos como respuesta conjunta a los desafíos y conflicto.
"Dado que existe una única familia humana global -afirma la declaración conjunta-, el diálogo interreligioso debe ser reconocido como una herramienta eficaz para resolver los conflictos locales, regionales e internacionales, especialmente aquellos causados por el abuso de la religión".
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