Conforme se había anunciado, el 26 de octubre,
desde el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa Francisco, entabló una conversación
por espacio de 20 minutos con los seis tripulantes de la Estación Espacial Internacional, que orbita a 400 kilómetros de
la tierra.
En esta conversación, el Papa quiso cambiar de rol y, por una sola vez, no fue él quien respondía a las preguntas,
sino quien las formulaba.
En su primera pregunta Francisco
recordó que “la astronomía te hace contemplar los horizontes más lejanos del universo y suscita en nosotros las preguntas:
¿de dónde venimos, a dónde vamos? Les
pregunto a la luz de su experiencia
en el espacio; ¿Cuál es su pensamiento sobre el lugar del hombre en el universo?”
En su respuesta, el astronauta italiano, Paolo Nespoli, reconoció que “es una pregunta compleja”. Señaló que él,
como ingeniero, se considera una “persona
técnica”. Me encuentro en mi ambiente rodeado de máquinas, de experimentos”.
Por ello, “cuando se habla de estos temas mucho más internos, me quedo un poco perplejo. Es un discurso muy delicado.
Creo que nuestro objetivo aquí es conocer, aumentar el conocimiento .Me gustaría mucho que personas como usted , no solo ingenieros,
no solo físicos , sino teólogos, filósofos, poetas, escritores, puedan venir aquí, al espacio, para explorar qué significa la
presencia de los humanos más allá de los confines de la tierra.
Esto seguramente será posible en el futuro.”
Los astronautas que participaron en este coloquio, fueron el italiano Paolo Nespoli, perteneciente a la Agencia Espacial Europea, los rusos Sergey Ryazanskiy y Alexander
Musurkin, y los estadunidenses: Randolph
Bresnik, Mark T. Vande Hei y Joseph
Acaba,(Fuentes: ACIprensa, L'Osservatore
Romano)
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