Según la Organización Meteorológica Mundial, la última vez que se dio en la Tierra una concentración de CO2 comparable, fue hace 3 millones de años. En ese entonces, la temperatura era de 2 a 3 °C más cálida y el nivel del mar entre 10 y 20 metros superior al actual.
Las concentraciones de metano y óxido nitroso también se han disparado y, en 2018, ascendieron en mayores cantidades que durante los últimos diez años.
Si esta tendencia continúa a largo plazo, las generaciones futuras tendrán que hacer frente a los efectos cada vez más graves del cambio climático. El Secretario General de la Organización dijo que no hay indicios de que vaya a haber una desaceleración y muchos menos una disminución de estos gases.
“En este momento un 85% de la energía mundial que producimos viene de combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas. Solo un 15% proviene de fuentes nucleares, hídricas y renovables. Y para tener éxito en la implementación del Acuerdo de París, debemos revertir estos números en las próximas décadas”, explicó. (Fuente: ONU Noticias).
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