La institución financiera multilateral explicó
que el elevado nivel de esos flujos de dinero, respondería a
diversos factores, entre ellos el impacto adverso de la pandemia de
COVID-19 y los huracanes Grace e Ida, que alentaron a
los trabajadores migrantes de México y Centroamérica a enviar más
recursos a sus familias.
Los otros grandes impulsores fueron
la recuperación del empleo y los programas de asistencia fiscal
y social en los países anfitriones, específicamente en Estados
Unidos.
El Banco Mundial identificó a México como el
principal receptor de remesas de la región y especificó que captó
52.700 millones de dólares, un 42% del total de los fondos que fluyeron
hacia la región. (Fuente: Noticias ONU,19.11.2021)
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