Las olas de calor desencadenan incendios forestales y en algunas zonas pueden ir asociadas a vientos con polvo del desierto, lo que puede empeorar la calidad del aire hasta niveles peligrosos.
Por el contrario, la Organización incluye estudios realizados en Brasil que muestran cómo los parques y las zonas arboladas de las ciudades pueden mejorar la calidad del aire, absorber dióxido de carbono y bajar las temperaturas, beneficiando así a sus habitantes.
“La coincidencia de altas temperaturas y altos niveles de partículas, como las procedentes de incendios forestales o del polvo del desierto, supone un peligroso riesgo para la salud de gran parte de la población mundial", explica Lorenzo Labrador, científico de la OMM.
Según ONU Medio Ambiente, el 99% de la población mundial respira aire inseguro. La exposición a la contaminación atmosférica aumenta considerablemente el riesgo de accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas y pulmonares, cáncer y otras dolencias, y causa más de 6,7 millones de muertes prematuras al año. (Fuente: Noticias ONU, Foto: UNICEF/Tamir Bayarsaikhan).
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