El pleno del Senado norteamericano aprobó el 28 de junio de 2013, una histórica reforma migratoria, que si es adoptada sin cambios en la Cámara de Representantes, llevaría a la legalización de 11 millones de indocumentados pero también a un endurecimiento inédito de la frontera con México.
Con 68 votos a favor y 32 en contra de 100 senadores, la cámara alta dio el visto bueno a un proyecto que supone la reforma más importante en un cuarto de siglo del sistema de inmigración en Estados Unidos, que ha devenido obsoleto.
La iniciativa, elaborada por cuatro senadores republicanos y cuatro demócratas conocidos como el Grupo de los Ocho, será trasladada ahora a la Cámara Baja del Congreso, compuesta por una mayoría opositora.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, interrumpió su gira oficial en Senegal para expresar que hoy el Senado realizó su trabajo. Ahora depende de la Cámara de Representantes (diputados) hacer lo mismo.
El proyecto de ley 744 fue objeto de centenares de enmiendas, primero en el Comité Judicial y luego en el pleno del Senado, principalmente dirigidos a reforzar la seguridad fronteriza, tema crucial para lograr el apoyo de algunos republicanos.
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