La aplicación de las tecnologías de vanguardia puede
acelerar considerablemente los esfuerzos por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y hacer frente al cambio climático; pero, por otro lado, también pueden incrementar
las tensiones sociales y generar una
dinámica de ganadores y perdedores, según advierte el nuevo Estudio
Económico y Social Mundial 2018.
El informe presentado
el lunes 8 de octubre en Nueva York,
elaborado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas
(DESA), destaca que, por ejemplo, las energías renovables y los
sistemas de almacenamiento de energía sirven para mejorar la
sostenibilidad ambiental, una situación que permite a los países sobrepasar la tecnología actual.
Las nuevas tecnologías también han mejorado el acceso a los medicamentos y el bienestar de los más vulnerables, gracias al uso de
los dispositivos móviles y las innovaciones de la economía digital que facilitan
el acceso a
servicios financieros para millones de
personas en los países en desarrollo.
El Secretario
General de las Naciones Unidas, António Guterres, manifestó que
aprovechar todo el potencial de estas innovaciones
puede generar beneficios a la salud, al medioambiente y traer prosperidad
para todo el mundo.
Pero destacó que, para que funcionen, "necesitamos políticas que garanticen que las tecnologías de vanguardia
-que trascienden cada vez más las fronteras
sectoriales, geográficas y generacionales- no sólo sean viables
desde el punto de vista comercial, sino también
equitativas y éticas. Esto requerirá
una evaluación rigurosa, objetiva y transparente, en la que participen
todas las partes interesadas", dijo.
Por su parte, el secretario general adjunto de DESA,
Liu Zhenmin, destacó que "es muy urgente acelerar nuestros esfuerzos para hacer frente al cambio climático y avanzar en la
consecución de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible", y añadió que "las nuevas tecnologías
pueden ofrecer soluciones de gran
repercusión".
Los avances tecnológicos se concentran en pocos países
El estudio
indica que “mientras un determinado país, un sector o una profesión
pueden beneficiarse de una nueva tecnología, otros tendrán poco que ganar o incluso
perder, ya que las diferencias
tecnológicas entre los países, y
dentro de ellos, siguen siendo significativas y particularmente pronunciadas en
el área de las tecnologías de vanguardia”.
Estos avances de última generación se
concentran cada vez más en unas pocas empresas y países,
dentro de un escenario en el que muchos países
en desarrollo todavía no han adaptado avances
tecnológicos pasados. Si estos
países quedan rezagados a nivel
tecnológico cada vez tendrán más dificultades
para lograr un desarrollo equitativo
y sostenible, añade el informe.
Los países pueden enfrentarse a muchos de
estos obstáculos adoptando políticas proactivas y eficaces para reducir al mínimo los costos económicos y sociales del
ajuste. Necesitan un marco
normativo e infraestructuras
institucionales para promover la innovación,
la difusión y el uso de las nuevas tecnologías más necesarias para el desarrollo sostenible.
Para
conseguirlo, el responsable de la subdivisión
de Investigación para el desarrollo de DESA, Hamid Rashid, afirmó que los países pueden trabajar internamente,
junto a sus sistemas nacionales de innovación, “proporcionando acceso a la información tecnológica, a la financiación y a la construcción de estructuras gubernamentales y el
desarrollo de sus capacidades,
alineadas con las necesidades de desarrollo de cada país y de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible”.
Rashid subrayó
que los esfuerzos nacionales
requieren también un apoyo internacional
ya que “muchos de los países en desarrollo no confían totalmente en
las nuevas tecnologías automáticamente”.
“La cooperación
internacional ha de servir para fomentar confianza en estas tecnologías
digitales, facilitando el acceso a las nuevas
tecnologías de un modo más sencillo para desdramatizarlas y adoptarlas en
muchos países en desarrollo”, destacó.(Fuente: Noticias ONU).
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