Fundada por 44 países después de la Primera Guerra Mundial, la misión de la Organización Internacional del Trabajo fue abordar el descontento creciente con las
malas condiciones de trabajo en Europa.
Hoy, ese objetivo
es compartido por los 187 Estados
que componen la OIT, recordó Guy Ryder, su director general, en una declaración para conmemorar los cien años desde que
se fundó el organismo el 6 de junio
de 1919.
La OIT
ha realizado aportes importantes al
mundo del trabajo desde
sus primeros días. La primera Conferencia Internacional del Trabajo
en Washington en octubre de 1919
adoptó seis Convenios Internacionales,
que se referían a las horas de trabajo en la industria, el desempleo,
la protección de la maternidad, el trabajo nocturno de las mujeres, la edad mínima para trabajar y el trabajo
nocturno de los menores.
Al destacar que la naturaleza del
trabajo ha cambiado de una manera
irreconocible en muchas partes del mundo desde 1919, en gran parte gracias a los avances tecnológicos, Ryder
advirtió que muchas personas sin embargo no disfrutan de los beneficios.
"Las
esperanzas y los temores se distribuyen de manera desigual", dijo. “La incertidumbre es alta y los niveles de confianza son
demasiado bajos. Y esto nos dice que el centenario
de la OIT importa. Nos importa a todos, cualquiera que sea el país en el que se viva".
Una puerta de tres llaves
Desde la
cantidad de horas que laboramos
hasta el principio de un salario justo
y la protección para los trabajadores
lesionados o enfermos, estos y
muchos otros beneficios sociales y derechos laborales que, las personas de muchas naciones dan por sentado, son el fruto de la actuación de la OIT.
Este trabajo por mejorar las leyes y los estándares laborales en todo el mundo está simbolizado por una puerta
de tres llaves en su antigua sede en
Ginebra, ahora sede de la Organización Mundial de Comercio. Cada llave representa cada una de las
partes de la Organización: los gobiernos, los trabajadores y los empresarios.
Ryder recordó
que el papel de la OIT en la
promoción de la paz internacional a
través de la justicia social fue
visto como un "sueño salvaje", una frase utilizada por primera vez
por el presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt,
antes de la decisión de los Estados
Unidos de unirse al organismo en
1934.
"Recuerdo bien -afirmó entonces Roosevelt- que en esos días
la OIT todavía era un sueño. Para muchos, un sueño salvaje. ¿Quién había oído hablar
de los gobiernos reunidos para
elevar los estándares de trabajo en un plano internacional?".
Hija de la guerra y los disturbios
En 1919,
la tarea de redactar la Constitución
de la OIT se confió a una Comisión del Trabajo creada por los Estados miembros que participaron en el
Tratado de Versalles y que exigió
reparaciones a una Alemania
derrotada después de la Primera Guerra
Mundial.
La Comisión se reunió entre enero y abril
para redactar la Constitución, cuyo
preámbulo resalta: “la inquietud es tan
grande que la paz y la
armonía del mundo están en peligro”; una
referencia a las demandas de los trabajadores de que el acuerdo de paz incluyera medidas para lograr condiciones de trabajo más justas, promovidas a través de la legislación laboral y los derechos sindicales.
En medio
de tales temores de disturbios sociales potencialmente
explosivos y con un claro papel para
que la OIT mantuviera la paz, la primera Conferencia
Internacional del Trabajo a la que asistieron 40 países, se celebró en la capital de los Estados Unidos, entre octubre a noviembre de 1919.
Entonces,
como ahora, las normas internacionales
del trabajo se adoptaron y
recogieron en tratados internacionales,
explicando las acciones que se deben
tomar y los principios que deben
respetar los países que las
ratifican.
Estas normas son uno de los principales
medios de acción e influencia de la Organización en
el mundo del trabajo, y ayudan a
crear condiciones equitativas en las
que los gobiernos, los empleadores y los trabajadores compitan de manera equitativa, según el Director General de la OIT, Guy Ryder.
"Es seguro que no está más allá de nuestra capacidad construir el futuro del mercado laboral que queremos, un futuro con empleos decentes para todos", dijo.
Esta visión "y la voluntad política
que la acompaña" son necesarias como nunca porque, para mucha gente, “el mundo del trabajo está
muy por debajo de sus expectativas razonables",
afirmó.
Tras
señalar que la OIT tiene “100 años de experiencia acumulada” para lograr mejoras en el mundo del trabajo durante muchas décadas, Ryder agregó que creía que “la determinación
(política) está muy presente en los integrantes
de la OIT”.
Entre los actos de celebración, ha presentado una campaña para dar a conocer su labor durante todo ese tiempo.(Fuente: Noticias ONU).
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