El
crecimiento se debe principalmente “por una baja base de comparación”,
tras la contracción de 6,8% registrada en 2020, junto a los efectos
positivos derivados de la demanda externa y al alza en los precios
de los productos básicos que exporta la región, así como por aumentos en
la demanda agregada.
El
estudio económico presentado por la secretaria ejecutiva de la Comisión
muestra “que los problemas estructurales que por décadas han
limitado el crecimiento económico de la región se
agudizaron producto de la pandemia y limitarán la recuperación de la actividad
económica”.
Alicia
Bárcena
destacó que los mercados laborales de la región fueron los más afectados
por la crisis generada por el COVID-19, con una disminución del
9% en el número de personas ocupadas, y que la recuperación esperada
durante este año no permitirá alcanzar los niveles anteriores a la pandemia.
Especificó
que la COVID-19 provocó una fuerte caída en la participación
laboral femenina con un 46,9% de empleadas en 2020, una cifra similar a los
niveles registrados durante el año 2002. Durante este año se espera alcanzar un
49,1%, un número similar al registrado el año 2008.
El
análisis de la Comisión plantea orientar la inversión hacia
sectores que promuevan una nueva forma de desarrollo y que puedan
potenciar la competitividad, el empleo, y bajar la huella
ambiental.
El
reporte también destaca que la política fiscal debe acelerar la inversión
pública e incentivar y atraer la inversión privada. (Fuente:
Noticias ONU).
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