Un informe del
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo alerta de la desconexión
entre el desarrollo económico y la seguridad que sienten los
individuos.
“El
indicador representa lo que estaba ocurriendo antes de la pandemia. Es
interesante y bastante chocante que
incluso en un momento en el que el mundo disfrutaba del progreso las
personas venían incubando estas inseguridades”, dijo Heriberto Tapia,
asesor de la oficina que ha elaborado el informe.
Según
el estudio, los enfoques centrados en el crecimiento de la
economía han producido “desigualdades marcadas y crecientes, y cambios
planetarios desestabilizadores y peligrosos”.
La
sensación de protección de la población se encuentra por debajo del
mínimo en casi todos los países.
La pandemia y el cambio
climático obligan a actuar de inmediato. El COVID-19 ha hecho que la
esperanza de vida haya descendido y han empeorado todos los parámetros
de medición del desarrollo humano. El aumento de las temperaturas
podría ocasionar la muerte de 40 millones de personas de aquí a
fin de siglo. (Fuente: Noticias ONU,
Foto: UNICEF).
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