Esto expone a los trabajadores sanitarios a
pinchazos de agujas, quemaduras e infecciones. Para las comunidades afectadas
el mayor peligro es la contaminación del aire causada por la quema
de residuos a temperaturas insuficientes, lo que provoca la liberación de
carcinógenos.
"Descubrimos que el COVID-19 ha aumentado hasta diez veces la
carga de residuos sanitarios en los centros médicos ", dijo
Maggie Montgomery, especialista en saneamiento de la OMS.
En la actualidad, el 30% de las instalaciones sanitarias
(el 60% en los países menos desarrollados) no están equipadas para manejar las
cargas de residuos existentes, y mucho menos la carga adicional
generada por el COVID-19.
El informe dice que, de las 87.000 toneladas
de equipos de protección enviados por la ONU a países en
desarrollo, la mayoría han terminado como desechos. A eso se suman los
materiales comprados por los gobiernos y por los ciudadanos, como
mascarillas y pruebas caseras, por lo que la cantidad real es
mucho mayor.
Entre las recomendaciones para reducir los desechos, la especialista mencionó “no usar guantes para interacciones donde no son necesarios, como la vacunación, usar menos empaquetado y más sostenible, aumentar el uso de materiales reusables, en particular mascarillas reusables seguras en lugar de desechables, e invertir más en el reciclaje”. (Fuente; Noticias ONU, Foto; Unsplash/Brian Yurasits).
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