La violencia no tiene cuando acabar en Siria, país que se encuentra cada vez más aislado en el concierto de las Naciones Unidas, y que de no ser del apoyo político y diplomático que le brindan la Federación Rusa y China-ambos con poder de veto-, ya hubiera sido objeto de una Resolución de condena.La fuerzas militares y de seguridad leales al Presidente Bashar al Assad, vienen provocando un baño de sangre en Homs, epicentro de las protestas populares contra el régimen; y que han provocado el fin de semana la muerte de cuatro civiles cuando menos, producto de un bombardeo con artillería diseñada para “conflictos a gran escala”, según el embajador estadounidense Robert Ford.
El embajador Ford, aprovechó la circunstancia para criticar, aunque sin mencionarlos por nombre propio a Rusia y China, países que según el diplomático, intentan equiparar la violencia del régimen con la de la oposición y de que se condene por igual los actos de ambas partes enfrentadas.
En medio de este estado de cosas, un despacho de la agencia oficial SANA, informó que en Damasco hombres armados, acabaron con la vida del general Issa Al Joli, médico y director del hospital Hamish.
Mientras, varios países árabes están ultimando en la ONU una propuesta de resolución sobre Siria que condena la violencia y muestra su "total apoyo" al plan de la Liga Árabe, similar a la vetada por Rusia y China en el Consejo de Seguridad, y que esperan votar la próxima semana en la Asamblea General. (resumen agencias)
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