Un
nuevo informe de ONU mujeres, que
analiza los avances en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible,
alerta sobre la persistente discriminación
de las mujeres y niñas en todo el mundo.
Los nuevos datos, relativos a
89 países, muestran que hay 4,4 millones más de mujeres que viven en la extrema
pobreza en comparación con los hombres. Gran parte de esta desigualdad se explica debido a la carga desproporcionada del trabajo doméstico no remunerado que enfrentan las mujeres, especialmente durante sus años reproductivos.
“Las desigualdades en
base al género aún existen en todos
los países, en todos los grupos sociales y son relevantes en todas partes. Hemos hecho
un análisis mirando a todos y cada uno de los Objetivos y en todos hemos encontrado que las mujeres están en peor lugar
que los hombres”, dice Sara Duarte Valero, experta en estadística de ONU Mujeres que participó en la realización del informe.
El reporte resalta cómo todas las
dimensiones del bienestar y la
marginación están profundamente entrelazadas: una niña que nace en un hogar
pobre y es forzada a casarse a una edad
temprana, por ejemplo, tiene más probabilidades de abandonar la escuela, dar a luz demasiado joven, padecer complicaciones durante
el parto y sufrir violencia doméstica, que una niña de un hogar de mayores ingresos.
Para el informe, se eligió un caso de cada región del mundo que contara con suficientes datos para hacer un análisis profundo,
en América Latina y Caribe, se designó a Colombia, un país cuya desigualdad
entre las zonas urbanas y rurales sorprendió a los estadistas.
“Lo que hemos
visto es que
casi el 100% de las
personas ricas viven en las ciudades, no existe, o al menos
estadísticamente no se ven personas con estos recursos
en las zonas rurales, y esto
se nota en todos los indicadores de desarrollo sostenible, no solo en pobreza. Lo vemos en el acceso a salud reproductiva, lo vemos en educación
y en matrimonios infantiles, está en
todas partes”, dice Duarte.
El informe destaca
además que los indígenas y las afrocolombianas sufren de una desigualdad aguda. “Cuando juntas las tres dimensiones,
cuando miras a la gente que es indígena o afrocolombiana, y que además vive en zonas rurales y además es pobre,
están muy pero muy por debajo del resto de la población”.
Además, si se compara a las mujeres de hogares ricos
de zonas urbanas no indígenas, con las mujeres de hogares pobres indígenas, la diferencia es de 334 veces a la hora
de tener acceso a un profesional
cuando dan a luz.
“Mientras que un 6% de las mujeres de hogares ricos y de zonas
urbanas no tienen un médico, esta cifra
para las
indígenas pobres de casi el 50%.”
En general, en América Latina y el Caribe, hay 132 mujeres que viven en pobreza
extrema por cada 100 hombres.
El
informe recomienda a los Estados invertir en datos
más precisos y frecuentes
y con un enfoque de
género en todas las dimensiones
del desarrollo sostenible, para
poder monitorear los avances y
establecer políticas concretas. Se
necesita desagregar los datos para hombres y para mujeres, para niñas y
para niños, dice
la estadista.
“Estos datos hay que
utilizarlos para ver dónde están los grupos de mujeres que se están quedando realmente atrás y para realizar políticas que lleguen a estas mujeres también, políticas que deben ser universales”.(Fuente:
Noticias ONU)
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