Una nueva encuesta muestra que los usuarios
de la red están cada vez más preocupados por su privacidad y cuestionan la
protección que ofrecen las empresas de internet y las redes
sociales
Cada día, uno puede encontrar más
cantidad y variedad de servicios en internet: ya no resulta necesario ir al
supermercado para hacer la compra ni
acudir a clase para aprender. Esto
provoca que los usuarios se
encuentren más expuestos y, por lo
tanto, exista una creciente desconfianza
a que ciertos detalles de sus vidas
se conviertan en datos de dominio público.
“La
confianza es esencial para que se produzca una expansión exitosa del comercio
electrónico y los sistemas de pago por internet en las naciones
desarrolladas”,
indicó Fen Osler Hampson, director de Seguridad y Política
Internacional en el Centro de innovación para la gobernanza internacional.
Los usuarios de las economías
emergentes manifiestan una confianza
casi total en las empresas de internet, nueve de cada diez personas lo hacen en países como China, India o Indonesia y
más de ocho de cada diez en Pakistán
o México.
Sin embargo, menos del 60 % de los consumidores comparten esta opinión en lugares como Japón o Túnez.
Las últimas noticias sobre abusos de
datos han hecho saltar la voz de alarma sobre el respeto a la privacidad
en la red. Un ejemplo de ello es la investigación que se está llevando a
cabo sobre entidades que han tenido
acceso a información personal de los
usuarios de Facebook sin consentimiento previo.
“La encuesta subraya la importancia de
adoptar y adaptar las políticas para
afrontar la economía digital que
está en constante evolución”, señaló Shamika Sirimanne, directora
de la División de Tecnología y Logística
de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.
La principal fuente de preocupación de los usuarios son los delincuentes,
seguidos de las empresas que ofrecen
estos servicios, otros usuarios y hasta sus propios Gobiernos. La desconfianza frente a estas entidades
ha aumentado especialmente en los últimos años.
“El
desafío de los responsables de las políticas
es lidiar de forma integral con diversas áreas: desde la conectividad y las maneras de pago hasta las habilidades y
regulaciones existentes”, explicó.
A medida que crece el comercio electrónico, lo hace también
el número de personas que recurren a
métodos
no tradicionales para pagar por
los servicios, como escanear códigos de un teléfono móvil para comprar un café.
El empleo de teléfonos de última generación para evitar el uso de efectivo resulta más habitual
en los países en desarrollo que en Estados Unidos o en Europa
y, especialmente en ellos, mucha gente
dice que “merece la pena”.
Sin embargo, se observa la tendencia
contraria en los países más
desarrollados. En particular, les
inquieta que el avance de la tecnología amenace el número de empleos. En Egipto, por ejemplo, se estima que la preocupación ha crecido hasta un 20 % en los últimos dos años.
La
privacidad de los más pequeños
también constituye una fuente de preocupación.
Las nuevas
generaciones tienen un mejor
dominio de las redes que en el
pasado, lo que aumenta su exposición
al público.
La encuesta fue desarrollada por el Centro de innovación para la
gobernanza internacional y la empresa Ipsos con la colaboración de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo.
Se ha hecho pública durante la Semana del Comercio Electrónico
organizada por la agencia de las Naciones
Unidas, que se celebra entre el 16 y el 20 de abril en Ginebra. Este encuentro reúne a miembros de los Gobiernos, el sector privado, los bancos de
desarrollo, el ámbito académico y la sociedad
civil para debatir las oportunidades
de desarrollo y los desafíos de la economía digital.(Fuente:Noticias ONU)
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