Kate Gilmore,
Alta Comisionada adjunta para los Derechos
Humanos de la ONU, aseguró
que los Estados
deben tomar tres principales medidas para no dejar atrás a la población indígena.
1. Más
estadísticas
“Para cerrar una brecha efectivamente, primero debemos estimar
su tamaño”, dijo Gilmore,
asegurando que existen
muy pocos datos sobre
la situación de
los pueblos
indígenas para
medir el progreso de su estatus
socioeconómico y político. Según
la número dos de Michelle Bachelet,
los Estados deben trabajar para
cuantificar los desafíos y asignar recursos acordes. Además, la
recopilación de datos debe basarse
en los derechos humanos, es decir,
debe ser participativa y respetar la
identidad de las personas.
2. Amplificar
las voces indígenas
Las comunidades indígenas deben ser empoderadas y las voces de los pueblos amplificadas. “Sobre la base de una participación plena, transparente
y significativa, y siendo
consultados en las decisiones sobre desarrollo, ya que este es el único
camino seguro hacia la igualdad”,
dijo Gilmore.
Agregó que los Estados deben
garantizar
que estos pueblos participen
plenamente en las estrategias de implementación de la Agenda 2030, en los procesos de toma de decisiones y revisión y en los procesos de revisión
voluntaria.
3. Proteger a
sus defensores
“Hoy en día hay actores
estatales y no estatales que
hacen un gran esfuerzo para
no
empoderar a los pueblos indígenas, sino
para
silenciar, castigar, e incluso criminalizar, a los defensores indígenas de los
derechos humanos”, recalcó la Alta Comisionada adjunta.
Gilmore aseguró que es responsabilidad de los Estados proteger a esos defensores y garantizar que puedan
actuar libremente sin temor a la intimidación, al acoso o la violencia.
Los aportes de los pueblos indígenas
Kate Gilmore recordó que durante milenios los pueblos indígenas han sido “sabios
administradores” de sus tierras,
territorios y recursos y que su conocimiento acumulado de prácticas ambientales sostenibles
puede contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre
el consumo, el cambio climático, los océanos,
los ecosistemas terrestres y la producción.
“Tenemos mucho que aprender de los pueblos indígenas sobre producción
sostenible de alimentos, prácticas agrícolas resilientes y protección de la diversidad genética dentro de la agricultura”, resaltó, asegurando que durante muchas décadas las contribuciones de
estas comunidades se
han reducido y descontado.
“Esta energía humana
preciosa, renovable e irremplazable
para el desarrollo sostenible inclusivo no debe extinguirse. Defender
los derechos de los pueblos indígenas no solo es necesario
para que nadie se quede atrás, sino que es esencial para que se libere el potencial, la capacidad y las contribuciones de todos los pueblos para lograr un desarrollo
inclusivo sostenible”, concluyó. (Fuente: Noticias ONU).
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