lunes, 8 de mayo de 2023

Inteligencia artificial y el futuro del trabajo y de la educación

El reciente lanzamiento de ChatGPT, un prototipo de chatbot de inteligencia artificial, ha generado diversas dudas y cuestionamientos sobre su potencial impacto en la educación y en el empleo. El Ing. Ricardo Di Pasquale, director de la Licenciatura en Ciencias de Datos de la UCA, acerca su mirada al respecto.  

-¿La inteligencia artificial es perjudicial o beneficiosa para la educación?  

-No es ni perjudicial ni no perjudicial. Los que educamos tenemos que educar para trabajar en ese ámbito. Hay un artículo de The New York Times de enero sobre qué les pasa a las docentes con esto. Se refiere a docentes con mucha experiencia de distintas universidades de Estados Unidos, que decían: “Yo ahora no puedo. Yo les hago escribir todos los miércoles un ensayo a mis alumnos y ahora no puedo, porque no sé si lo hicieron con esta herramienta (ChatGPT) o si lo hicieron ellos”. Y quizá lo que uno tiene que hacer es ver cómo aprovechar esa tecnología nueva para usar en el aula. Porque, por ahí, en el mundo que viene, elaborar un ensayo todas las semanas, no sea la mejor manera de enseñar.  

-¿Los educadores deben adaptarse a este nuevo paradigma?  

-Sí, tenemos que usarlo a favor. Tengo que saber que esto está, tengo que poder usarlo y tengo que poder hacer que los alumnos lo integren a su saber. Porque si no, las universidades nos convertimos en una institución de una era anterior. Entonces, no hay que tenerle miedo, hay que tener respeto. Por ejemplo, si yo promuevo el juicio crítico, hasta puedo hacer que mis alumnos le hagan preguntas al chatbot hasta hacerlo “pisar el palito”. Y si logran hacerlo equivocarse e identificar el error, entonces aprendieron.   

-¿Deben preocuparse los jóvenes porque la IA reemplace sus trabajos? 

-No, los puestos de trabajo no corren riesgo en términos inmediatos. Por ejemplo, para desarrollar ChatGPT, Open AI necesitó entrenar el software con toda la información de internet de dos años, y también trabajar en el prompt engineering, que es cómo hacer las preguntas correctas para obtener el mejor beneficio y cómo transformar toda la información para que pueda entenderse. Y son miles de años hombre invertidos en la creación del prototipo. El chatbot sí podría llegar a reemplazar, por ejemplo, a una persona que está contestando cosas de orientación general. Pero para desarrollarlo, se necesitaron miles de otros puestos de trabajo. Entonces, de alguna manera el trabajo se mueve, porque se pierde un puesto, pero aparecen muchos otros que no contabilizamos.  

-El trabajo que antes lo hacía, por ejemplo, un diseñador, ¿puede llegar a ser reemplazado por una inteligencia artificial?  

-Eso todavía no está tan maduro. Eso sí, esos tipos de softwares producen cosas muy interesantes que son indiferenciables de la creatividad humana. Pero el error está en no tener en cuenta que quien pide una imagen, o sea, quien hace la ingeniería de prompt, puede ser un diseñador. Porque yo, que soy un bruto en el diseño si, por ejemplo, quiero hacer la publicidad de una bebida, le voy a decir que me haga una imagen con gente tomando una bebida. Ahora, el que sabe del dominio, en este caso, del diseño, va a saber mejor qué es lo que tiene que pedir.  

-¿Qué hace que ChatGPT sea novedoso?  

-Uno como público general ve ChatGPT  y piensa que es casi únicamente un software que unos científicos desarrollaron y programaron un montón de tiempo, y no hay nada más alejado que eso. Hicieron algunas innovaciones en cuanto a como hicieron un modelo, pero la mayoría es desarrollo que ya existía. Lo que hicieron fue tener acceso a una cantidad inusual de datos, y una estrategia de procesamiento de datos que es digna de elogio. Por eso, lo que digo es que el diferencial fueron los datos, no los algoritmos. A pesar de que sí hicieron innovaciones en el algoritmo, no se compara con todo lo que hicieron en el ámbito de los datos. La Licenciatura se lama “Ciencia de Datos” y no “Inteligencia Artificial”, porque lo que nos cambió el paradigma fue la orientación a datos. (Fuente: Noticias UCA-Universidad Católica Argentina, publicado el 10.04.23).



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