Ubicada
frente a Ica, la Reserva Nacional Dorsal de Nasca abarca 62,392
km² y protege una cadena de montañas submarinas volcánicas que forman
parte de la cordillera Dorsal de Nasca y Salas y Gómez, que se extiende
más de 4,000 kilómetros por el Pacífico. En sus profundidades,
que alcanzan entre 1,800 y
4,000 metros bajo el nivel del mar, habitan ecosistemas
únicos, vitales para la biodiversidad global y la regulación
climática.
El
estudio, desarrollado gracias a una alianza estratégica entre el Servicio
Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp),
organismo adscrito al Ministerio del Ambiente; el Instituto del Mar
del Perú (Imarpe), la Dirección de Hidrografía y Navegación de la
Marina de Guerra del Perú, y con la colaboración de la Fundación
Re:Wild, analizó 1,603 archivos batimétricos obtenidos por 19 cruceros
de investigación nacionales e internacionales desde 1994.
Gracias
a estos datos, se procesaron imágenes y modelos
tridimensionales de batimetría, reflectividad del fondo marino
y ecogramas multihaz, logrando cartografiar por primera vez más
del 70% de la reserva.
“Este
estudio constituye el fundamento inicial para el conocimiento
científico integral de la Dorsal de Nasca y marca un precedente para
futuras investigaciones marinas en el Perú” indicó el Tte. 2do. Álvaro
Manrique, oficial hidrógrafo de la Marina de Guerra del Perú.
El
hallazgo abrirá nuevas líneas de exploración para el 30% de la reserva
que sigue inexplorado.
"Con
esta investigación, no solo descubrimos la riqueza de nuestro patrimonio
marino profundo, sino que también confirmamos que la unión
interinstitucional y multidisciplinaria es clave para alcanzar grandes metas.
Este es un paso firme hacia la conservación de los ecosistemas
marinos y el legado que dejaremos a las futuras generaciones", destacó Cussui Segura, jefa de
la Reserva Nacional Dorsal de Nasca.
Sobre
la reserva
Creada
en 2021, la Reserva Nacional Dorsal de Nasca es uno de los espacios
marinos más estratégicos del Perú. Sus aguas sirven de corredor
biológico para especies migratorias como albatros, tortugas,
ballenas y tiburones, y son refugio de especies de importancia
comercial como pota, perico, bonito, jurel, tiburón azul, pez espada,
atún aleta amarilla y caballa.
La
reserva protege una cadena de montañas submarinas volcánicas formada
hace 30 millones de años. A diferencia de otras cordilleras submarinas
del planeta, esta se extiende a grandes profundidades, con un
relieve complejo.
Sus
ecosistemas marinos son únicos y frágiles, y su baja exploración convierte
a esta área natural en un laboratorio vivo para la investigación
científica y la comprensión de la biodiversidad y la geología de
los fondos marinos del Pacífico sur.(Fuente: Prensa Sernanp).
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