En el programa YouthBank Rumania,
son los jóvenes quienes toman todas
las decisiones importantes respecto a cómo recaudar
fondos y a qué proyectos de desarrollo sostenible han de otorgar apoyo.
El programa nació como una rama del International
YouthBank, organización gestionada por jóvenes que se dedica a otorgar subvenciones, que funciona en Rumania desde hace 12 años y cuyo éxito
puede medirse por el hecho de que los propios estudiantes se hayan convertido en dirigentes del programa.
Uno de estos antiguos
estudiantes es la gerente Alexandra Soare que explica cómo
funciona el programa en el contexto
particular de Rumania y describe
cómo la organización está preparada
para dar un nuevo paso adelante.
El programa de educación no formal YouthBank Rumania,
coordinado por y para los jóvenes,
está compuesto por grupos de hasta 20 estudiantes
que se reúnen con el fin de recaudar
fondos y decidir a qué proyectos
de desarrollo sostenible se destina
el dinero recaudado.
Tras inscribirse, los jóvenes siguen cursos de formación
sobre comunicaciones, subvenciones y recaudación de fondos.
También adquieren experiencia práctica
con dinero real y ejercen responsabilidades. Los proyectos
escogidos para recibir los fondos recaudados son muy diversos y
abarcan desde limpiezas de barrio en grupo hasta la financiación
del tratamiento contra el cáncer de un estudiante.
“Nuestra actividad está orientada a una gran variedad de personas, ya sean acaudaladas o no,
procedentes de zonas tanto urbanas
como rurales, lo que brinda a los estudiantes la posibilidad de
interactuar con gente con la que
quizás nunca hubiesen tenido la oportunidad de entrar en contacto en otras
circunstancias”, declaró Alexandra.
La diversidad forma parte del programa de manera que, por ejemplo, comunidades a menudo marginadas como los romaníes y la minoría húngara, están
integradas activamente.
“El mayor
reto al que nos enfrentamos es ganarnos la confianza de la gente en un país donde las ONG y la cultura del desarrollo
sostenible aún están en sus inicios. Después de esto, debemos mantener a
los adolescentes interesados en el
programa a largo plazo. No es fácil convencer a un joven de 16 años de que puede recaudar, digamos, 400 euros y de
que luego verá la repercusión de su actividad
al cabo de un año. Estos adolescentes han
crecido con la tecnología y los resultados instantáneos por lo que
estamos tratando de convertir el proceso en un ‘juego’ a través de pequeños
incentivos y actualizaciones
periódicas”, dijo Alexandra.
Otro desafío aún mayor consiste en evitar que los jóvenes, con la experiencia
adquirida, se marchen de Rumania,
país que afronta muchos problemas
sociales, una vez que han alcanzado la edad
adulta.
A pesar de todo esto, el programa YouthBank ha conseguido algunos éxitos
importantes.
El
siguiente paso es la ampliación.
Actualmente el programa está en marcha en 10 comunidades de Rumania.
El plan es ampliar la red hacia nuevas ciudades para que en 2020 haya 20 programas YouthBanks funcionando por todo el país.
Desde su aplicación en la
esfera nacional, el programa YouthBank ha tenido más de mil miembros (beneficiarios principales), alrededor de 3000 becarios (beneficiarios
secundarios) y aproximadamente 400.000 beneficiarios
directos e indirectos de los proyectos adoptados. (Fuente: UNESCO).
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