El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)
destacó además que el 31% de los países que cuentan con esa capacidad
legislativa medioambiental todavía no la han adoptado, según se desprende
de la primera
evaluación de las leyes y normativas sobre la calidad del aire realizada
por el organismo.
El informe, que se lanza con motivo del Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul, a celebrarse el
próximo 7 de septiembre, examina la legislación nacional
sobre calidad del aire en 194 Estados y la Unión
Europea. El estudio se lleva a cabo mediante un análisis de varios
aspectos de los marcos legales de estos países y evalúa su
eficacia para garantizar el cumplimiento de las normas de calidad
del aire.
Aunque señala que no existe un enfoque único para el control
de la calidad del aire, especifica que existen razones
importantes para que los países incluyan este tipo de legislación.
Entre ellas, destacan la de garantizar la responsabilidad institucional,
la transparencia y la rendición de cuentas y la de crear arquitecturas
administrativas para apoyar y afianzar la aplicación de las normas
de calidad del aire.
Casi todos vivimos en lugares con
más contaminación que la permitida.
Igualmente, el documento recuerda que la Organización
Mundial de la Salud (OMS) cataloga a la contaminación
atmosférica como el mayor riesgo sanitario medioambiental, ya que el
92% de la población del planeta vive en lugares donde los
niveles de polución superan los límites de seguridad.
Esta situación afecta de forma desproporcionada a las
mujeres, los niños y los ancianos de los países de
bajos ingresos, explica, y añade que hay estudios recientes que
sugieren posibles correlaciones entre los efectos de la COVID-19 sobre
la salud y la contaminación atmosférica.
Pese a que la OMS ha publicado una serie de valores
orientativos sobre la calidad del aire, no hay una armonización
global ni un marco legal común para aplicarlos. Así, cerca del 34%
de los países carecen de leyes sobre la calidad del aire
e incluso cuando éstas se han aprobado son difíciles de comparar.
Como ejemplo destaca que "a nivel global, el
49% de los países definen la contaminación atmosférica
exclusivamente como una amenaza exterior, la cobertura geográfica
de las normas de calidad del aire son diferentes y más de
la mitad de los países permiten desviaciones de estas normas".
Además, la responsabilidad institucional para
el cumplimiento de estas normas es escasa en todo el mundo: sólo
el 33% de las naciones impone la obligación de cumplir con las reglas
legalmente establecidas.
El informe llama a la adopción de leyes
sólidas sobre la calidad del aire en un mayor número de países.
(Fuente: Noticias ONU)
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