A raíz de la devastadora
acción del tifón Yolanda ó Haiyan, las autoridades filipinas y agencias
internacionales de ayuda vienen afrontando una creciente crisis
humanitaria, elevándose a cerca de 4 millones los desplazados por la
catástrofe que ha enlutado al pueblo filipino.
Los paquetes de
ayuda que dejaron caer los helicópteros estadounidenses en zonas remotas de este paìs asiàtico,
resultaron insuficientes para saciar el hambre que vienen padeciendo los
sobrevivientes, por lo que se hace necesario una mayor respuesta de parte de la
comunidad internacional.
El portaaviones USS George
Washington,se ha convertido en un centro primordial de ayuda a los damnificados
del tifón, y desde éste, parten los
helicópteros con ayuda alimentaria y agua, que son sinónimo de esperanza para
los sobrevivientes, aunque la ONU aún solo cuenta con reportes limitados de las
carencias en diversas ciudades afectadas.
A la carestía de alimentos
y agua, se ha sumado el riesgo de contraer enfermedades respiratorias, cutáneas
y diarreicas. Voluntarios de ONG vinculadas al área de la salud, alertaron
que la calidad del agua no era
suficiente.
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