Los avances
para reducir los casos de tuberculosis
en las Américas han sido
significativos, pero se requieren líderes
en todos los sectores para poner fin a esta enfermedad en 2030, dice
la Organización Panamericana de la Salud.
La campaña de este año en el Día Mundial de
la Tuberculosis se
centra en la construcción de un compromiso
para terminar el padecimiento; no solo a nivel político con los jefes de Estado sino también con los alcaldes, gobernadores,
parlamentarios y líderes
comunitarios hasta las personas
afectadas con tuberculosis.
Se estima que en 2016 hubo unas 23.226 muertes por esta enfermedad y se registraron 222.750 casos. Se calcula que unas 50.000 personas al año no son diagnosticadas y no reciben tratamiento
a tiempo, contagiando a otros y perpetuando la enfermedad.
Los
grupos de población que suelen estar
en mayor riesgo en las Américas son las personas con VIH,
aquellos que viven en la calle, los habitantes de barrios marginales de las ciudades,
los privados de la libertad, las personas con problemas de adicción y
las poblaciones que generalmente
tienen acceso limitado a la atención de salud. El 80 % de las poblaciones
afectadas vive en centros urbanos
y el crecimiento acelerado de las ciudades
puede llevar a que la enfermedad se
transmita más fácilmente
Según datos de 2016, se calcula que más de 30.000 mil personas con VIH desarrollaron tuberculosis en la región. El director de ONUSIDA ha explicado que el “mundo tiene los recursos para acabar con las epidemias de tuberculosis y VIH, pero falta el compromiso político y la acción de los países”.
ONUSIDA pide que se dé
acceso a los servicios a las
personas más marginales y que se
garantice que los centros de salud locales pueden diagnosticar y tratar la enfermedad.
Pese a que la tuberculosis es una enfermedad
prevenible y curable, en las Américas, desde el 2000, la tasa de
incidencia (casos nuevos) de
tuberculosis ha disminuido en un 1,7 % por año, en gran medida por las medidas adoptadas por los países de la región. Sin embargo, esa tasa debería reducirse un 5,3% anual para
llegar a la meta de terminar con la
epidemia de tuberculosis en 2030. En la actualidad, se
estima que hay 27 casos nuevos de
tuberculosis en las Américas por cada 100.000 habitantes.
Además, la resistencia a los medicamentos
antituberculosos corrientes que llevan décadas utilizándose es un desafío
que ha surgido en los últimos años. En 2016, se estimaron en las Américas 8.100 casos
de tuberculosis multidrogorresistente
tan sólo el 46% fueron diagnosticados.
"Se
puede terminar con la tuberculosis
en la región de las Américas.
Debemos abordar los factores que llevan a esta enfermedad: desde las condiciones de vida a las dificultades
de acceso a los servicios de salud”, afirmó Marcos Espinal, director del Departamento de
Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS.
“Necesitamos líderes
en cada uno de los sectores de la sociedad
que se comprometan e implementen acciones para alcanzar esta meta”, concluyó.(Fuente:Noticias
ONU).
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