Nueve países
de la región han registrado casos el año pasado. El más afectado es Venezuela. Para detener su propagación,
los países de la región deben
intensificar sus esfuerzos para inmunizar a la población, advirtió la Organización
Panamericana de la Salud.
Tras efectuar una vacunación masiva durante veintidós años contra el sarampión, la región fue finalmente declarada libre de la enfermedad por un Comité Internacional de Expertos el año 2016.
A pesar de ello, la Organización recordó en su día que el virus seguía activo alrededor
del planeta, lo que comportaba el
riesgo de la aparición de nuevos brotes
en la región.
Así, en 2017 cuatro países de la región notificaron
ya casos de sarampión: Argentina,
Canadá, Estados Unidos y Venezuela.
Y en lo que va de año, los han registrado nueve países:
Antigua y Barbuda, Brasil, Canadá,
Colombia, Estados Unidos, Guatemala, México, Perú y Venezuela.
El país más
afectado es este último con 886 casos entre el año pasado y
este, seguido por Brasil con 14 y Estados Unidos con 13.
La totalidad de los casos en países como Brasil y Colombia fueron por parte de ciudadanos venezolanos no vacunados.
También existe preocupación por los casos en Europa al cuadriplicarse la enfermedad entre 2016 y 2017, situación
que aumenta el riesgo de importación de casos en las Américas.
El plan de
acción adoptado en 2017 para mantener la eliminación del sarampión señala
que los niveles de inmunización de la población deben
ser del 95% o superiores. La cobertura
regional de la primera dosis de
la vacuna contra el sarampión, la rubéola y las paperas
se ha situado entre el 92% y el 94% durante los últimos cinco años.
Las
recomendaciones de la OPS fueron las
siguientes:
-Vacunar para mantener coberturas iguales del 95% con la
primera y segunda dosis de la vacuna contra el sarampión, la rubéola y las paperas.
-Reforzar
la vigilancia epidemiológica para
detectar casos sospechosos en los servicios de salud públicos y privados.
-Ofrecer una respuesta
rápida al detectar casos importados
de sarampión para evitar el
restablecimiento de la transmisión
endémica del virus, incluyendo
la activación de equipos que den seguimiento a los casos
y sus contactos.
-Conservar
reservas de la vacuna del sarampión-rubéola (SR) para acciones de
control de casos importados en cada país
de la región. (Fuente: Noticias ONU)
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