La directora de la Organización Panamericana
de la Salud pidió mejores políticas públicas para enfrentar enfermedades
como el cáncer, la diabetes, las dolencias cardiovasculares
o las respiratorias que causan 5,2 millones de muertes al año y
traen costos enormes para la región.
Carissa F. Etienne señala que los avances en la lucha contra
las enfermedades no transmisibles dependen
del compromiso político, en
particular de los gobiernos nacionales
para que trabajen de una manera multisectorial anteponiendo primero la salud antes que la propia política, las ganancias económicas o la promoción
personal.
Sus declaraciones fueron escuchadas en una
reunión del consejo permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y
el Consejo
Interamericano para el Desarrollo Integral el 20 de marzo, en el que se
destacó que estas enfermedades
afectan de manera desproporcionada a los más vulnerables.
Durante el encuentro el presidente de Uruguay,
Tabaré Vasquez, instó a las Américas
a unirse para trabajar en soluciones contra estos padecimientos durante la próxima Asamblea General de las Naciones
Unidas en septiembre, cuando se realizará una reunión de alto nivel sobre
el tema. “Solamente unidos podremos vencer en esta lucha. Solamente unidos podremos defender la salud de nuestra gente.
Solamente unidos podremos defender la vida de las personas”,
subrayó.
El cáncer,
las enfermedades cardiovasculares,
la diabetes y las enfermedades crónicas respiratorias son
las principales enfermedades no
transmisibles que se sufren en las Américas.
Un tercio de quienes mueren por estas mueren de manera prematura, con menos de 70 años.
Se estima que más de 200 millones de personas en la región viven con uno de
estos males y que necesitan tanto cuidados
médicos a largo plazo como acceso
a medicinas.
Se estima que las enfermedades no transmisibles pueden
llevar a Perú a perder un 7% de su Producto Bruto Interno (PBI), cada año
por los próximos quinceaños, y que Jamaica
perdería un 4% de su PBI y Costa Rica un 4,4%.
Las pérdidas
económicas son enormes debido a los costos
asociados a la perdida de la productividad
por muertes prematuras y a los gastos en servicios de salud.
“La
evidencia nos muestra que las políticas
regulatorias en materia financiera,
comercial, laboral, en la agricultura, el desarrollo social y la educación,
entre otras, pueden tener un mayor impacto en prevenir y controlar las
enfermedades no transmisibles, que
el sector de la salud por sí solo”, afirmó Etienne.
Si bien hay avances en la región para reducir la carga de enfermedades no transmisibles, aún
queda mucho por hacer, en particular en el abordaje de los factores de riesgo
como el consumo de tabaco, alcohol y las dietas
poco saludables.
La
directora de la Organización
Panamericana de la Salud resaltó la interferencia de la industria, al igual que los intereses económicos y comerciales, que impiden la implementación de políticas para controlar
estas enfermedades.
Etienne destacó el liderazgo
de Uruguay en medidas de control de tabaco y llamó a seguir su ejemplo “de poner regulaciones más fuertes”. También puso de ejemplo las
políticas de impuestos a las bebidas azucaradas implementadas por México, Barbados y Dominica, y las políticas de promoción
de dietas saludables a través del etiquetado de alimentos para informar a los consumidores,
que se han puesto en marcha Chile y Ecuador. (Fuente:Noticias ONU)
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